Tras la marcha de María Cristina al exilio, la regencia la desempeñó interinamente el gobierno presidido por el general Espartero, el gobierno presidido por este general tuvo unas decisiones muy desatinadas ya que se le opusieron no sólo los moderados contrarios a su política sino que dentro de los liberales, los había que tampoco estaban conformes con la manera de llevar la política y de hecho tuvo unas consecuencias muy desacertadas y su modo personalista de gobernar pronto acabó poniendo a todo el mundo en su contra.

Pero este halo de desencanto por el gobierno llegó hasta Sevilla, donde la noche del 11 de Julio un grupo de ciudadanos desarmados vitoreando a la Constitución, a Isabel II y a las libertades fueron aniquilados por la caballería del regimiento de la Constitución esto fue la gota que colmo el vaso y llenó de indignación al pueblo y a sus representantes y que fueron llamados a secundar un movimiento en la ciudad de Málaga en contra del regente Espartero.

El ayuntamiento trato de tomar medidas para calmar a la plebe, evitando un choque con la tropa de guarnición, pero viendo la tenacidad de la autoridad militar el 18 de Junio se reunió el ayuntamiento en cabildo extraordinario, jurando morir en su puesto o arrojar a los dependientes de un gobierno opresor.

Ante la salida de la guarnición el ayuntamiento se ocupó de la defensa de la misma en caso de ser atacada creando dos batallones francos y el aumento de la milicia nacional así como un hospital en campaña en San Telmo.

El día 5 de Julio Van Hallen llego a Sevilla y la atacó y durante los dos días siguientes siguió el fuego, y las bombas de la artillería.

El día 23 llegó frente a Sevilla el general Espartero con sus divisiones, tras un intento de persuadir a la población, el día 24 abrió fuego desde las cinco de la mañana hasta bien entrada la noche.

Tras varios ataques consecutivos el Ministerio de la guerra envió al Duque de la Victoria que no era otro sino Espartero un comunicado previniéndole que en el caso de seguir las hostilidades contra Sevilla iba a ser declarado traidor, viendo esto el Duque de la Victoria se retiró al día siguiente a la vez que se reforzaba la ciudad con una división de refuerzo que iba para Andalucía.

El 2 de Agosto el gobierno de la nación en recompensa por la heroica defensa de la ciudad esta fue nombrada con el titulo de INVICTA por la reina Isabel II.

En la lucha encarnizada que mantuvo Sevilla con el general Espartero hay que mencionar un hecho también heroico de una heroína denominada Josefa Rodríguez y que fue apodada como Pepa la Bizarra, esta mujer injustamente fue olvidada por la historia.

Pepa la bizarra era una buena y muy valiente mujer que tras un sol sofocante de Julio en Sevilla y en medio de un fuego cruzado entre los partidarios de Espartero y los sublevados, no dudo en pasar por medio de este fuego para llevar cantaros de agua a los defensores de Sevilla.

Hoy en día no existe ninguna calle que lleve el nombre de esta heroína, mientras que si existe una plaza con el nombre del Duque de la Victoria, es pues, ironías de la vida que aquel que mandó bombardear Sevilla, tenga una plaza con su nombre y aquella heroína llamada Pepa la Bizarra no haya tenido un lugar en la historia con el nombre de una calle.

Foto: http://esasevilla.blogspot.com.es

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