Introducimos este articulo de hoy hablando sobre arte, y concretamente hablamos de las magnificas vidrieras de la catedral de Sevilla, estas vidrieras, las cuales, la mayoría de las veces y otras no tanto pasan casi desapercibidas o como mucho miramos unas pocas pero no nos percatamos de la importancia y grandiosidad que tienen, y es al hilo de esto que quiero rescatar del olvido a estas magnificas vidrieras de la catedral de Sevilla.
Las vidrieras de la Catedral de Sevilla constituyen hoy por hoy un extenso y homogéneo conjunto de los mejores preservados de las catedrales españolas.
Las ciento treinta ocho vidrieras conservadas nos dan una idea de este magnífico patrimonio, tanto las formas de las ventanas como la iconografía, aducen a diferentes encargos realizados y a las diferentes etapas constructivas del edificio.
Dentro de las diferentes etapas de construcción de la Catedral habrá por tanto diferentes tipos de vidrieras que en su conjunto formaran un todo único, peculiar y distinto que diferenciará a la Catedral de Sevilla de otras catedrales del resto de España.
Podría estar escribiendo largo y tendido sobre las vidrieras, pero no vamos a ser una tesis doctoral ni lo pretendo, sólo quiero abriros un poco la ventana a que conozcáis mejor que son estas.
Como hemos dicho anteriormente las vidrieras serán distintas dependiendo en la etapa histórica que fueron construidas así por tanto, comenzaremos por las vidrieras góticas, que serán las más antiguas, estas vidrieras se encuentran ubicadas en las capillas laterales y la nave mayor de poniente, siendo su constructor el alsaciano Enrique Alemán el cual trabajó también en la catedral de Toledo y documentalmente estuvo en Sevilla desde 1478 hasta 1483.
Estas vidrieras se caracterizan porque las figuras están perfectamente individualizadas y ubicadas bajo doseletes góticos, se representan profetas, apóstoles y santos vinculados con las devociones de la edad media.
Las vidrieras renacentistas estarán ubicadas en el altar mayor, crucero, y naves orientales, los maestros vidrieros trabajaron en la elaboración hasta la tercera década del siglo XVI, cuando prácticamente concluyeron el programa de construcción de la catedral después de cien años.
Concretamente fue el francés Jean Jacques el que realizó las dos vidrieras del altar que son las primeras renacentistas de este templo, pocos años después su hermano Arnao de Flandes documentado desde 1534 hasta 1537 donde realizó algunas de las vidrieras más relevantes sobre todo las que está en el lado opuesto del hastial del crucero que se denomina la Ascensión del señor.
Otros artistas fueron Carlos de Brujas y Vicente Menardo, del primero tenemos la vidriera que representa la resurrección del Señor y está hecha en 1558, y durante la segunda mitad del siglo XVI a Vicente Menardo le encargaron las tres vidrieras de la fachada de poniente.
Durante los siglos XVII, XVIII y XIX otros artistas manifestaron interés por la evolución de las mismas durante los periodos Barroco y Neoclásico. Del periodo Barroco destaca la vidriera de Santa Justa y Santa Rufina en la capilla de San Antonio, realizada por Juan Bautista León en 1685.
De estilo Neoclásico sólo nos encontramos con la vidriera de la capilla de San Hermenegildo 1819, que es prácticamente el único testimonio de la vidriera neoclásica.
Ya a finales del siglo XIX, el estado de conservación de las vidrieras hizo necesario hacer una campaña de restauración, es aquí donde entran la casa Zettler de Munich, la cual, realizó la vidriera de la capilla de la Antigua que diseño el historiador José Gestoso, tres de las derruidas en el desplome del crucero en el 1888 y la de Pentecostés en la capilla de Scalas 1880.
Más tarde Otto Kruppel de la Casa Maumejean diseño la vidriera de la capilla de San José aprovechando los elementos ornamentales de una vidriera del siglo XVI, esta casa restauró tres vidrieras más y hizo una campaña sistemática de restauración en el siglo XX concretamente en los años 1930 a 1932.
Las vidrieras de la Catedral de Sevilla tanto por su interés artístico, histórico y patrimonial, conforman hoy por hoy uno de nuestros tesoros mejor conservados y nos da una idea del valor y el trabajo que supuso para muchos artistas la realización de dichas vidrieras, trabajos que han pasado a lo largo de los años a convertirse en joyas para admiración de todos los que por la Catedral de Sevilla pasamos.
Así pues cuando entre en la Catedral de Sevilla suba la mirada y admire sus otros tesoros, sus magnificas vidrieras.