Me gustaría hoy hablar de lo que fueron las beguinas y que supuso esta organización en la mentalidad de la Baja Edad Media.

Las beguinas eran una asociación  de mujeres cristianas y contemplativas que dedicaron su vida  a la ayuda de personas enfermas, desamparadas, a mujeres, niños y ancianos, pero también se dedicaban a labores intelectuales.

En la Baja Edad Media donde el papel de la mujer estaba supeditado al del hombre y donde la mujer no tenía ni voz ni voto, ya que la mujer sólo podía aspirar o mejor dicho tenía dos opciones o matrimonio o convento, es decir, o se casaba o se metía a monja, no se les daba ninguna otra opción sólo podían tener una educación aquellas mujeres  pertenecientes a la clase media-alta, el patriarcado las invisibilizo hasta tal punto que las anuló siendo sólo una moneda de transacción en los asuntos políticos o como mucho sólo podían tener algo de poder las mujeres que enviudaban y las casadas, aunque estas últimas siempre bajo la supervisión del marido, en cambio las solteras no tenían derecho a nada y se les presionaba para casarse o meterse a un convento.

Aquellas mujeres que se metían a monjas eran la mayoría por presión social aunque muchas elegían esta opción antes que casarse ya que el convento daba una mayor libertad y estaban libres de tener que quedarse embarazadas con el alto riesgo de muerte que suponía el embarazo en aquella época.

Aunque también podemos decir, que existieron excepciones a la regla y algunas mujeres accedieron al poder este fue el caso de Leonor de Aquitania por ejemplo (1122-1204) esta fue una mujer extraordinariamente culta y que durante casi medio siglo hizo y deshizo en la política europea.

Y en este marco social nos encontramos con las beguinas, que eran mujeres que llevaban una vida semireligiosa y que encarnaban de algún modo una de las experiencias más libres de la historia.

Estas mujeres eran laicas y religiosas a la vez , que no monjas y vivieron con una independencia total del control masculino, ya fuera de tipo familiar o eclesiástico, es decir, que podían abandonar cuando quisieran su casa o bien no se consideraban ligadas a la jerarquía eclesiástica

Muchas de ellas volvían al mundo  ya que sus votos eran temporales, otras entraban siendo ya mayores, esto era una libertad que no daban las cerradas órdenes religiosas.

Para mantenerse fabricaban productos artesanales, impartían docencia o labraban el campo.

Este movimiento beguino, se originó en Flandes pero se extendió por toda Europa llegando a España donde también arraigo, es precisamente aquí en Sevilla, y más concretamente en el convento de San Agustín donde hubo una de estas organizaciones de mujeres.

Según Alonso Morgado en su “Historia de Sevilla” de 1587, dice que primero hubo una casa en forma de monasterio  con el título de “ Santi Spiritu” este monasterio estaba constituido por mujeres que se dedicaban al principal ejercicio de enseñar a leer y escribir además de labrar la tierra, así pues también en el barrio de la Puerta Carmona pudo darse después de la conquista de Sevilla quizá la única localización tanto en Sevilla como en Andalucía, es este monasterio al que hace referencia Morgado,  el que tiene semejanzas con las asociaciones de beguinas que proliferaban a mitad del siglo XIII por diversos puntos de Europa.

Pero este movimiento de beguinas comenzó a decaer, la iglesia en su intento por controlar todas las maneras de devoción laica, recelo de este movimiento, considerando que las beguinas podían estar cerca de la posible herejía, este tema de las beguinas fue un tema que causo polémica dentro de la iglesia, ya que unos estaban a favor y otros en contra como por ejemplo el papa Clemente V  que condenó el movimiento mientras que el papa Juan XXIII fue un gran defensor de este.

Durante el siglo XIV la inquisición condenó a las Beguinas y emitieron varias bulas para someterlas a la disciplina papal, hasta que el 7 de Octubre  una bula del papa Nicolás V fomento el ingreso de las beguinas en la orden Carmelita, es pues que se presionaban a las beguinas para pertenecer a las ordenes religiosas e ingresar en una comunidad de monjas o bien disolverse.

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